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La nutrición en edad avanzada
-Suele disminuir el apetito y esto puede llevar a una malnutrición, que agravará otras enfermedades. Se observa disminución de las secreciones digestivas, que puede provocar mal absorción de minerales, junto con la pérdida de piezas dentales que dificultan la digestión de los alimentos. Padecen más estreñimiento debido a la atrofia de la musculatura entre otras causas.
-Uno de los cambios más significativos es la intolerancia a la glucosa en personas que no han sido diabéticas. Muchos autores la atribuyen a una disminución en la producción de insulina por parte del páncreas. Pueden estar implicados factores como los cambios dietéticos y la disminución del ejercicio físico, por lo que esta alteración puede acabar en una diabetes de tipo II.
Disminuye el metabolismo basal por diferentes
motivos:
Cambios en la composición corporal: disminuye la masa
magra, de forma que se reduce el gasto correspondiente a renovación
proteica.
-Tendencia a sustituir la masa magra (músculo), por grasa, pérdida de la densidad ósea y el consecuente aumento del riesgo de osteoporosis, enfermedad muy frecuente entre la población femenina de cierta edad.
-Enfermedades como Parkinson o Alzheimer pueden incapacitar a ciertas personas a comer solas. De manera que es necesario introducir alimentación artificial (enteral o parenteral).
-Disminuye la capacidad de defensa natural de forma que los agentes infecciosos pueden atacar más fácilmente.
-Hay dos situaciones que suelen acompañar la vida del anciano: el aislamiento tanto social como a veces familiar, y la depresión.
- La desgana de cocinar para uno solo y comer solo les lleva a tener dietas desequilibradas.
Requerimientos nutricionales:
-Para el cálculo de la energía requerida se debe tener en cuenta la actividad física y el metabolismo basal.
-La recomendación de proteínas es la habitual 0,75 g/kg de peso/día, al igual que para los demás adultos. El 60 % serán de origen animal y el 40% de origen vegetal.
-Los hidratos de carbono serán del 55-60% del valor calórico total de la dieta. Un aporte de hasta 200 g diarios de estos nutrientes, es bien tolerado por el anciano. Si hay diabetes se aconseja dietas con alto contenido en carbohidratos complejos y fibra (cereales integrales y verdura), hay que evitar el consumo excesivo de glucosa y de lactosa, si se es intolerante.
-Hay que elegir, como en las dietas de todas las edades, aquellos alimentos que aportan ácidos grasos monoinsaturados (aceite de oliva y vegetales en general), entre otros motivos para asegurar el aporte de vitaminas liposolubles. El aporte de grasas no debe ser inferior al 30% del total de kcal que se aporten en la dieta. En general menos de 100 g/día son bien tolerados.
-Se debe aumentar en el aporte de calcio debido a los problemas de mala absorción de este mineral, y para la prevención de la osteoporosis. Se recomiendan 800 mg/día para mujeres a partir de los 51 años. Se deben aportar 2-3 raciones de derivados lácteos al día.
-Se recomienda una cantidad de hierro de 10mg/día. Las anemias en los ancianos frecuentemente tienen su origen en pérdidas sanguíneas sobre todo a través del intestino. El ácido ascórbico (vitamina C) aumenta la biodisponibilidad de hierro y por lo tanto la capacidad de ser absorbidos, mientras que los fitatos, salvados, fosfatos, té y antiácidos la disminuyen.
El hierro que mejor se absorbe es el que está en los tejidos animales, y el que peor el de los tejidos vegetales. Este motivo es el que lleva a recomendar, para esta etapa de la vida, la ingesta de una cantidad mínima diaria de alimentos (carne, huevos o pescado) que aseguren el aporte de hierro en una forma fácilmente accesible.
-Se recomienda limitar a 2g/día la ración de sodio para contrarrestarla y suplementar la dieta con magnesio y potasio para mejorar la diuresis.
- Para la aportación de vitaminas y minerales, se deben tomar 2-3 piezas de fruta al día y 2 raciones o más de verduras y hortalizas.
-En los casos en que no sea posible un mínimo de exposición al sol, es necesario asegurar en la dieta la cantidad de vitamina D de 300 IU/día a través de la alimentación.
-Se recomienda el consumo de 2-3 l/día de agua al día para evitar la deshidratación, que es frecuente en los ancianos.
-Es muy importante tomar una cantidad de fibra adecuada para evitar los problemas de estreñimiento, pero la cantidad aportada no debe impedir la absorción de vitaminas y minerales, como consecuencia de la mala absorción intestinal ya comentada. La cantidad será de 25-30 mg de fibra al día.
DIETA IDEAL PARA EL ANCIANO
En una dieta para ancianos se debe asegurar una buena disponibilidad de nutrientes, preparaciones culinarias agradables y un marco físico acogedor y sin tensiones .
1. Las dietas serán sencillas y
de fácil preparación.
2. Los alimentos tendrán una
presentación vistosa y agradable.
3. Fraccionar la dieta en 4 ó 5
comidas diarias.
4. La última comida será de
carácter frugal o ligero.
5. Los líquidos y los zumos
constituirán una sola toma o se suministrarán entre comidas. Es preferible el
consumo de cantidades moderadas de agua mineral sin gas con las comidas, aunque
se permite la ingesta de una pequeña cantidad de vino tinto (un vasito), si
forma parte de las costumbres del anciano y no existe contraindicación médica.
6. Se debe moderar el consumo de
café y de bebidas excitantes.
7. No se debe abusar de licores y
bebidas edulcoradas.
8. El momento de la ingesta ante
todo debe ser un acto de convivencia y relación social. Es importante que los
alimentos sean vehículo de salud y que su degustación se realice dentro de un
marco de armonía.
9. Mantener en lo posible los
hábitos y gustos personales.
Pan integral, cereales integrales o bollería no grasa
Confitura o queso
Carne poco grasa o pescado (blanco/azul)
Guarnición vegetal
Frutas (cruda o cocida)
Galletas o tostadas, bollos o bizcochos