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Controlar la ansiedad y el apetito
El placer por la comida en ocasiones, sirve para cubrir vacíos, acallar al cuerpo y soportar el estrés que acumulamos en nuestra vida diaria.
El estrés se activa cuando tenemos problemas y preocupaciones, y en muchas ocasiones asociamos erróneamente el estrés, a una necesidad por comer o de exceso de apetito.
Ello es debido a que la comida actúa como una válvula ficticia de escape frente a los problemas cotidianos que nos rodean.
Cuanto mayor estrés y ansiedad acumulemos, mayor apetencia tendremos por el picoteo y por la comida basura o por el dulce, y también por un aumento de las cantidades y porciones.
Con estrés y ansiedad, se tiende a comer de una manera desordenada, compulsiva, comiendo de pié sin sentarnos, y engullendo cualquier cosa que se encuentra a la vista.
El estrés y la ansiedad por la comida, provoca un tipo de alimentación emocional inconsciente que altera al mismo tiempo la capacidad de atención y de concentración de lo que se está comiendo; incluso se suele comer sin saborear los alimentos, sin masticar apenas y tragándonos el bocado pensando en el próximo.
El significado de la palabra COMIDA, no significa engullir, ni calmar nuestras penas, el comer es alimentarse sanamente como medio de subsistencia, por lo que debemos de modificar la relación que tenemos con la comida pasando de la alimentación inconsciente a una consciente.
Métodos para combatir la ansiedad, el picoteo y los excesos en la comida:
Cuando más desorden y desorganizados estemos, mayor será el descontrol por la comida y mayor será el estrés.
Es por ello que debemos de planificar Lo Qué, Cuando y Cuánto vamos a comer.
- Saltarse la comida del mediodía conlleva mayor descontrol en la tarde-noche, lo mismo ocurre por suprimir el desayuno, que provocará mayor apetito y descontrol en la comida del mediodía.
- Debemos de mantener un horario racional de las principales comidas, tomando tentempiés saludables que nos apacigüen el hambre entre horas.
- Hay que romper la rutina en la que estamos sumergidos, tenemos que dejar de asociar el estrés emocional con la relación que se tiene con la comida, una de las técnicas que ayudan a solucionar este problema es:
- Realizar una alimentación consciente, Saboreando la comida, masticando 20 veces cada bocado, y estando en la mesa sentados comiendo durante al menos 20 minutos.
- En ocasiones el beber un vaso de agua o 1 infusión nada más llegar a casa o en el momento que creemos tener apetito, suele ser suficiente para calmar nuestras ansias por la comida.
- Hay técnicas de respiración consciente que ayudan a combatir la ansiedad por la comida: Inspirar por la nariz, durante cuatro segundos, mantener la respiración durante otros siete segundos. A continuación espirar por la boca durante ocho segundos. Repetir esta respiración durante 5-6 veces consecutivas, mientras respiramos, nos enviamos mensajes de autoprogramación con la frase de: me estoy relajando física y mentalmente y tengo autocontrol sobre la comida.
- Tenemos que evitar el estar excesivamente ociosos, por lo que tendríamos que buscar algún tipo de actividad que nos distraiga y nos mantenga entretenidos.
- Unas buena manera de romper la relación histriónica de estrés-comida, sería la de hacer practicar algún tipo de deporte o caminar al menos una hora al día, y obligándonos al mismo tiempo a dormir 8 horas diarias, aunque nos tengamos que ayudar de alguna infusión de melisa, lúpulo, amapola, flor de tilo.
- Numerosos estudios constatan que dormir pocas horas incrementa la sensación de apetito para compensar el cansancio que tenemos.
- Para que la insulina esté estable y no se disparen los antojos, hay que tomar un tentempié cada 2-3 horas: fruta, yogur, infusión, cortado, 1 gelatina sin azúcar, vaso de leche con 1 cucharada de canela, orejones, 1 manzana asada,y si la tentación te tienta a las 18.30h: una onza de chocolate con un 70% mínimo de cacao.
- Y déjate tu capricho preferido de dulce para los domingos.